¿Cómo elegir nuestras tipografías?

¿Cómo elegir nuestras tipografías?

¡Buenas! Voy a compartiros algunos consejos e ideas, para saber cómo elegir nuestras tipografías: qué se debería tener en cuenta a la hora de elegir un estilo de letra, para cualquier trabajo de diseño, videojuego, una presentación de un trabajo escrito para la universidad…o, en general, cualquier proyecto donde tengáis que usar tipografía.

 

Antes de empezar, decir que el mundo de la tipografía es para dedicarle un buen tiempo a su estudio. A primera vista, parece sencillo elegir una de las que tenemos instaladas en el ordenador mismo, siempre vemos que encajan bien en muchísimos casos y enseguida nos gusta en X producto (packaging, libro, portada, carátula de CD…). Pero ¿cuántas veces habéis comenzado un proyecto y habéis escrito un título, un texto sobre ese proyecto…y no os convence? Sabéis que lo que hay escrito es lo que queréis pero algo no funciona, hay algo que está mal.

 

Muchas veces, sin darnos cuenta, hemos “rechazado” algún producto, ya no por su calidad como tal, si no por que no nos ha “llamado” a primera vista. Muchas veces es la misma tipografía que, inconscientemente, no nos gusta, no atrae al público, por lo que automáticamente descartamos ese producto a nuestra elección.

 

La gran mayoría de tipografías que vemos habitualmente, han sido elegidas minuciosamente por algún diseñador que ha sabido combinar el diseño del proyecto con la tipografía.

 

Entonces, ¿cómo elegir la tipografía para nuestro proyecto?

 

Lo primero de todo es saber qué proyecto vais a hacer: ¿un cómic?¿Una revista?¿Un cartel? En cualquiera de los casos, tendremos que saber, más o menos, qué tipo de letra  se “puede” o no usar. Obviamente, por poder, podéis usar cualquiera, la cuestión es que concuerde con el trabajo que realicéis, es decir: no usaréis una tipografía del estilo de Giddyup Std (imagen debajo) para un cómic futurista de guerra, por ejemplo, visualmente se ve que algo no cuadra.

 

 

cómo elegir nuestras tipografías

cómo elegir nuestras tipografías (otros ejemplos en que usando la misma tipografía en dos trabajos distintos,no siempre se consigue el mismo resultado)

 

 

Seguidamente, tenemos otras dos cuestiones: ¿A quién va dirigido? y ¿Qué quieres lograr? Esta segunda pregunta iría muy, muy atada a la primera cuestión que hemos visto, ya que el tipo de proyecto es porque queremos transmitir, comunicar algo; por ejemplo, en el caso de la portada de un CD, no sólo se busca que se venda el CD, sino si será un disco tranquilo de baladas, folclórico o discotequero rompe-pistas.

 

En cuanto a “a quién”, es tan sencillo como pensar “mi proyecto será un cuento infantil” o “voy a realizar una revista de moda”. Con estas premisas, la imagen que nos viene a la cabeza son “niños” o “gente interesada en moda”, por motivos obvios.

 

Estas serían las cuestiones a tener en cuenta para empezar a enfocar nuestro proyecto, pero todavía nos queda mucho por delante.

 

Lo siguiente sería elegir la tipografía, pero: ¿cualquiera? Obviamente, no. Basándonos en la información anterior, tenemos que pasar un filtro a nuestras tipografías, ya sean las instaladas en el ordenador de fábrica o las que nos hayamos comprado por internet, incluso descargado alguna de páginas web como ‘dafont.com’.

 

En lo que a tipografía se refiere, las letras tienen su propia ‘anatomía’, tema del cual se habló en otro post [https://www.espai.es/blog/2017/08/la-tipografia-tambien-anatomia/], así que no entraré en detalles e iré a un aspecto en concreto: ¿Con Serifa o sin Serifa?

 

Con Serifa, las tipografías suelen ser más ‘serias’ o ‘elegantes’, más dedicadas a una revista, a un libro, un documento importante pero sin excesivo texto. En cambio, sin Serifa, es más informal y, aún así, todavía se les podría dar cierto uso más ‘serio’, si las trabajamos bien. También podemos verlo desde el punto de vista de ‘un tema de legibilidad’: sin Serifa para pantalla, con Serifa para impresión.

 

A continuación, ya pasaríamos al tema de los colores.

 

Si haces diseño, sabrás más o menos qué colores combinan mejor o peor. No hace falta que sea perfecto, pero hay ciertas combinaciones que el ojo “rechaza” automáticamente, por lo tanto, tenemos que seguir esa pauta a la hora de elegir colores según el fondo que le pongamos.

 

Ejemplos:

 

 

 

 

 

Como vemos, hay ciertas combinaciones que, imaginándolas, quizás no dirías que no combinan entre sí, hasta que las ves. ¡Entonces ya te convences del todo!

 

Dentro de este apartado, debo añadir que: ¡Cuidado con añadir trazados a las tipografías! Me explico: alguna vez me he encontrado con algún caso en que se ha usado el “trazado” a modo de “negrita”. Dentro de nuestros programas de diseño, las tipografías SIEMPRE tienen sus propias opciones para editarlas y trabajarlas como tipografías, así que añadirle (en este caso) un trazado para hacerla negrita es contraproducente, por que el resultado no será el mismo por más que se intente.

 

Hasta aquí en lo que a colores y aspectos más artísticos de las tipografías. A continuación, y para terminar, hablaremos de un par de cositas más a tener en cuenta:

 

  • ¿Puedo combinar tipografías? Por supuesto, siempre que, como todo, no se abuse de ello. Se suele recomendar de no combinar más de 3 tipografías distintas, porque entonces hay tal “batiburrillo” de letras que echa para atrás. Además, ya no es solamente la cantidad de tipografías sino el estilo de cada una; si son tipografías completamente distintas unas de otras, no cuajarán prácticamente nunca.

 

  • ¿Se puede leer? Es decir: ¿tengo dificultades para entender lo que pone o se puede leer perfectamente? Muchas veces pecamos de juntar el texto a los marcos de una imagen, o simplemente de juntar todo el texto para que “cuanto menos ocupe, mejor”. ¡Cuidado! El texto necesita respirar y poner una tipografía tosca, es decir, una estilo KiloGram . Por ejemplo: imaginad una carátula de CD, que no son muy grandes, donde tanto las imágenes, los gráficos y las tipografías fueran bien grandes. No se entendería absolutamente nada, ni del texto ni de lo que se quiere transmitir con las imágenes, ya que se superpondrían y no dejarían que ningún elemento que compusiese la carátula “respirase”, es decir, que tenga ciertos espacios alrededor, por lo que tendríamos mucha información demasiado comprimida en una zona.

 

 

 

 

¡Y hasta aquí puedo leer! Espero que os resulte útil esta información.

 

¡Un saludo!

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